La visita de Jaime Florez a Millennia Atlantic University marcó un momento emblemático en la intersección de la política, la educación y la comunidad hispana en Estados Unidos. Florez, quien se desempeña como Director de Comunicaciones Hispanas del Partido Republicano, compartió su visión y experiencia frente a una audiencia diversa compuesta por estudiantes y profesores de la Universidad Francisco de Vittoria en Madrid, España. Este encuentro no solo representó una oportunidad única para el intercambio cultural y político, sino que también sirvió como un foro para la discusión de temas críticos que afectan tanto a la comunidad hispana en Estados Unidos como al panorama político general del país.
Jaime Florez, con una trayectoria notable que abarca desde su su destacada carrera en el periodismo en Colombia hasta su involucramento en la política en los Estados Unidos, encarna la historia de éxito del sueño americano. Su experiencia personal como inmigrante y su dedicación a la promoción de los valores y principios del Partido Republicano lo convierten en una voz autorizada y relevante en el debate sobre la inmigración, la política y la integración de las comunidades hispanas en la sociedad estadounidense.
Este artículo busca explorar profundamente las temáticas presentadas por Florez durante su ponencia en Millennia Atlantic University. Al hacerlo, aspira a proporcionar un análisis enriquecedor de la interacción entre la política estadounidense y la comunidad hispana, subrayando el papel crucial de esta última en el tejido sociopolítico de Estados Unidos. A través de este enfoque, el artículo intenta no solo reflexionar sobre las palabras de Florez, sino también evaluar el impacto de su mensaje en la audiencia presente y en la comunidad más amplia, destacando la importancia de la participación política y el compromiso cívico en la actualidad.
Contexto Político y Electoral
En el panorama político actual de Estados Unidos, la figura de Jaime Florez emerge como un puente entre la comunidad hispana y el Partido Republicano, en un momento especialmente crítico marcado por la anticipación de las elecciones presidenciales. La ponencia de Florez en Millennia Atlantic University se inscribe en este contexto, ofreciendo una visión profunda y relevante que resuena con las inquietudes y esperanzas de un electorado diverso. En este segmento del artículo, exploraremos el escenario político y electoral que sirve de telón de fondo para su intervención, destacando la importancia de los votos hispanos en las elecciones estadounidenses y las estrategias políticas en juego.
La Candidatura de Donald Trump y la Elección General
El ambiente político se encuentra en un punto álgido, con Donald Trump buscando la nominación republicana para enfrentarse a Joe Biden en la próxima elección general. Este escenario no solo refleja la polarización política del país, sino también la importancia crítica del electorado hispano en el resultado de las elecciones. Florez, al situarse en el epicentro de estas dinámicas, subraya la probable nominación de Trump y el impacto que tendría en la contienda electoral contra Biden, delineando un campo de batalla donde cada voto cuenta y la comunidad hispana puede jugar un rol decisivo.
El Papel de la Comunidad Hispana en las Elecciones
La comunidad hispana en Estados Unidos, con su crecimiento demográfico y diversidad cultural, se ha convertido en un factor clave en el tablero político nacional. Su capacidad para influir en el resultado de las elecciones es indiscutible, especialmente en estados pendulares donde el margen de victoria puede ser estrecho. Florez enfatiza este punto, reconociendo la necesidad del Partido Republicano de conectar con estos votantes y alinear sus políticas y mensajes con los valores y preocupaciones de la comunidad hispana.
Desafíos y Oportunidades
El contexto político y electoral actual plantea tanto desafíos como oportunidades para el Partido Republicano y la comunidad hispana. Por un lado, existe la posibilidad de fortalecer las relaciones y construir puentes de entendimiento que trasciendan las divisiones partidistas. Por otro, el riesgo de alienación por políticas percibidas como contrarias a los intereses de los hispanos podría repercutir en el apoyo electoral. Florez aboga por un enfoque que reconozca y celebre la diversidad dentro de la unidad nacional, buscando un equilibrio entre la seguridad y la inclusión, el respeto por la ley y la compasión hacia los inmigrantes.
Este contexto político y electoral define el escenario en el que se desarrolla la ponencia de Jaime Florez, resalta la importancia crítica de la comunidad hispana en el futuro político de Estados Unidos. Al abordar estos temas, Florez invita a reflexionar sobre el papel de la comunidad hispana en la configuración de la política y la sociedad estadounidenses.
El Partido Republicano y su Historia
La historia del Partido Republicano es una narrativa rica y compleja que se entrelaza profundamente con la evolución política y social de Estados Unidos. Desde su fundación en 1854 hasta la actualidad, el partido ha experimentado transformaciones significativas, adaptándose y respondiendo a los cambios en el tejido sociopolítico de la nación. Jaime Florez, en su ponencia en Millennia Atlantic University, ofrece una perspectiva única sobre esta trayectoria, destacando los principios fundamentales que han guiado al Partido Republicano a lo largo de los años y su relevancia en el contexto político contemporáneo.
Fundación y Evolución del Partido
El Partido Republicano se fundó en el siglo XIX con un compromiso explícito hacia la abolición de la esclavitud. Este principio fundamental reflejaba un fuerte compromiso con la libertad y la igualdad, valores que resonaban con una amplia sección de la sociedad estadounidense de la época. La victoria de Abraham Lincoln en 1860, el primer presidente republicano, marcó un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos, culminando en la Guerra Civil y la emancipación de los esclavos. A lo largo de los años, el partido ha sido instrumental en la implementación de políticas que han modelado el curso del país, desde la Reconstrucción hasta la era de la industrialización, y más allá.
Principios Fundamentales y Agenda del Partido
Los principios que han guiado al Partido Republicano han evolucionado, pero ciertos pilares han permanecido constantes, como el énfasis en la libertad individual, el gobierno limitado, la prosperidad económica, y el respeto por los valores y tradiciones estadounidenses. Estos valores se reflejan en las políticas y agendas que el partido ha promovido a lo largo de los años, incluyendo la defensa de la libre empresa, la reducción de impuestos, y el apoyo a las fuerzas armadas y la seguridad nacional.
En su discurso, Florez destaca cómo el partido ha respondido a los desafíos contemporáneos, incluyendo la lucha contra lo que percibe como políticas extremistas de la izquierda. La promoción de la integridad electoral y la defensa de las libertades fundamentales son vistas como extensiones naturales de su compromiso histórico con la democracia y el Estado de Derecho.
Desafíos y Oportunidades
La trayectoria histórica del Partido Republicano destaca su capacidad para navegar a través de periodos de cambio profundo y adaptarse a nuevas realidades políticas y sociales. La ponencia de Florez invita a una reflexión sobre cómo el partido puede continuar evolucionando para abordar los desafíos del siglo XXI, manteniendo al mismo tiempo sus principios fundamentales. La relación con la creciente comunidad hispana en Estados Unidos, la gestión de la inmigración, y el enfoque en políticas económicas inclusivas son solo algunos de los aspectos que definirán el futuro del partido en el complejo panorama político actual.
La historia del Partido Republicano, como Florez articula, es una de adaptación y compromiso con valores que considera intrínsecamente estadounidenses. Su capacidad para mirar hacia el futuro, mientras se basa en las lecciones del pasado, será crucial en su esfuerzo por seguir siendo relevante y efectivo en la promoción de su visión para Estados Unidos.
La Inmigración y el Sueño Americano
La temática de la inmigración y su vinculación con el sueño americano ocupan un lugar central en la ponencia de Jaime Florez en Millennia Atlantic University, reflejando no solo su experiencia personal como inmigrante sino también la posición del Partido Republicano sobre este asunto de gran trascendencia. La historia de Florez, marcada por la búsqueda de seguridad, libertad y oportunidades en Estados Unidos, encarna la aspiración del sueño americano que ha motivado a millones de inmigrantes a lo largo de los años. En esta sección, exploramos la compleja interacción entre las políticas de inmigración, el sueño americano y su relevancia para la comunidad hispana y la sociedad estadounidense en su conjunto.
La Experiencia Personal de Florez y el Sueño Americano
Jaime Florez comparte su trayectoria desde Colombia hasta Estados Unidos, una narrativa personal que ilustra los desafíos y triunfos de la experiencia inmigrante. Su historia resalta la importancia de la seguridad personal y la libertad de expresión, valores que encontró en Estados Unidos y que contrastan con las amenazas a la vida y la censura que enfrentó en su país natal. Esta narrativa personal no solo humaniza el debate sobre la inmigración, sino que también sirve como testimonio del poder del sueño americano para transformar vidas.
Políticas de Inmigración y su Impacto
Las políticas de inmigración son un tema de debate intenso en Estados Unidos, con profundas implicaciones para la comunidad hispana y la sociedad en general. Florez critica las políticas de la administración actual, particularmente en lo que respecta a la gestión de la frontera y el tratamiento de los inmigrantes. Argumenta a favor de una inmigración ordenada y legal, destacando la necesidad de un sistema que respete tanto la ley como la dignidad humana. Este enfoque busca equilibrar la seguridad nacional con la compasión y el reconocimiento del valioso aporte de los inmigrantes al país.
El Papel de la Inmigración en el Desarrollo de Estados Unidos
La inmigración ha jugado un rol fundamental en el desarrollo y la conformación de la identidad de Estados Unidos. Florez subraya este punto, argumentando que los inmigrantes han contribuido significativamente a la economía, la cultura y la sociedad estadounidenses. Desde esta perspectiva, el sueño americano no solo beneficia a los inmigrantes que buscan oportunidades sino también al país que se enriquece con su energía, talento y diversidad.
Desafíos y Oportunidades del Sueño Americano Hoy
El sueño americano enfrenta nuevos desafíos en el siglo XXI, incluyendo la desigualdad económica, las tensiones sociales y los debates sobre la identidad nacional. La ponencia de Florez invita a una reflexión sobre cómo revitalizar este sueño para garantizar que siga siendo accesible para todos, incluidos los inmigrantes. Esto implica considerar políticas que fomenten la inclusión, el crecimiento económico y la justicia social, asegurando que Estados Unidos continúe siendo un faro de esperanza y oportunidad.
La discusión de Florez sobre la inmigración y el sueño americano ofrece una visión compleja y matizada que va más allá de los eslóganes políticos, centrándose en las experiencias humanas que están en el corazón de estos temas. Al enfocarse en su propia historia y en las políticas que afectan a la comunidad hispana, Florez destaca la interdependencia entre la inmigración y el tejido socioeconómico de Estados Unidos. En última instancia, el sueño americano se presenta no solo como un ideal a alcanzar para los inmigrantes, sino como un proyecto continuo de construcción nacional que requiere compromiso, empatía y políticas equitativas.
Estrategias para Atraer el Voto Hispano
La relevancia del voto hispano en el panorama político estadounidense es una realidad ineludible, marcada por el crecimiento demográfico y la influencia creciente de esta comunidad en los resultados electorales. La ponencia de Jaime Florez en Millennia Atlantic University abordó con precisión este tema, destacando la importancia estratégica de los votantes hispanos y las tácticas implementadas por el Partido Republicano para ganar su apoyo. Este segmento del artículo se sumerge en el análisis de estas estrategias, evaluando su impacto y relevancia en el contexto de las próximas elecciones.
Análisis Demográfico y Tendencias Electorales
La comunidad hispana en Estados Unidos representa un segmento electoral diverso y en crecimiento, con variadas inclinaciones políticas que reflejan sus ricas diferencias culturales, socioeconómicas y generacionales. Reconociendo esta diversidad, Florez enfatizó la necesidad de un acercamiento que vaya más allá de las generalizaciones, buscando conectar con los hispanos a través de mensajes que resuenen con sus experiencias y aspiraciones individuales. Este enfoque demográfico informado es crucial para diseñar campañas que no solo busquen ganar votos, sino también construir relaciones duraderas y de confianza con la comunidad hispana.
Estrategias de Comunicación y Mensajes Clave
En su discurso, Florez destacó la importancia de los esfuerzos de comunicación que reflejen los valores y preocupaciones de los votantes hispanos, incluyendo la economía, la educación, la salud y la inmigración. La utilización de medios de comunicación en español y el establecimiento de un diálogo directo con la comunidad son elementos centrales de esta estrategia, buscando superar barreras lingüísticas y culturales que puedan impedir un entendimiento mutuo. Además, se resaltó la relevancia de presentar candidatos y representantes que compartan o comprendan profundamente la experiencia hispana, fortaleciendo la representación y la identificación con el partido.
Ejemplos de Estrategias Exitosas y Áreas de Mejora
El éxito del Partido Republicano en atraer el voto hispano en ciertas elecciones y regiones proporciona lecciones valiosas sobre enfoques efectivos, como la promoción de políticas que apoyen el emprendimiento y la creación de empleo, aspectos altamente valorados por muchos hispanos. Sin embargo, Florez también reconoce la existencia de áreas de mejora, particularmente en abordar temas sensibles como la inmigración de manera que refleje tanto la firmeza en la ley como la compasión y el reconocimiento del aporte de los inmigrantes a la sociedad estadounidense.
El Rol de los Medios de Comunicación y la Identidad Cultural
La estrategia para captar el voto hispano también implica un entendimiento de cómo los medios de comunicación y la expresión cultural influencian la percepción política. Florez apunta a la necesidad de un enfoque que celebre y respete la rica diversidad cultural de la comunidad hispana, utilizando plataformas de medios que sean populares y confiables dentro de la comunidad para difundir mensajes políticos.
La aproximación del Partido Republicano hacia el voto hispano, como explica Jaime Florez, es multifacética, reconociendo la complejidad y la diversidad de esta comunidad. La efectividad de estas estrategias dependerá de la capacidad del partido para escuchar y responder a las necesidades y aspiraciones de los hispanos, tratándolos no como un bloque monolítico, sino como individuos con historias, desafíos y sueños únicos. Este enfoque respetuoso y basado en el entendimiento mutuo no solo es esencial para atraer el voto hispano, sino también para fortalecer el tejido democrático de Estados Unidos, asegurando que todas las voces sean escuchadas y valoradas.
Reflexiones Finales y Proyecciones Futuras
La ponencia de Jaime Florez en Millennia Atlantic University, que abarcó desde la importancia del voto hispano en la política estadounidense hasta las políticas de inmigración y el sueño americano, proporciona un rico tapiz de reflexiones sobre el estado actual y el futuro de la relación entre la comunidad hispana y el Partido Republicano. Este análisis no solo subraya los desafíos presentes, sino que también proyecta una luz sobre las posibles trayectorias para el futuro, enfatizando la necesidad de un diálogo continuo, políticas inclusivas y un compromiso genuino con los principios democráticos.
Impacto de la Ponencia en la Audiencia y la Comunidad Académica
La charla de Florez resonó con la audiencia presente, compuesta por estudiantes y académicos de diversas procedencias, tiene el potencial de influir en el discurso público más amplio sobre la política estadounidense y la integración de la comunidad hispana. Al compartir su experiencia personal y profesional, Florez humanizó temas que a menudo se discuten en términos abstractos, permitiendo una comprensión más profunda de las implicaciones reales de las políticas y la retórica política.
Reflexiones sobre el Futuro de las Relaciones
Mirando hacia el futuro, la interacción entre la comunidad hispana y el Partido Republicano parece estar en un punto de inflexión. La creciente importancia demográfica y electoral de los hispanos en Estados Unidos implica que su apoyo no solo es deseable, sino esencial para cualquier partido que busque asegurar una base electoral sólida y diversa. Sin embargo, ganar este apoyo requerirá más que estrategias de campaña dirigidas; necesitará un compromiso auténtico con las preocupaciones y aspiraciones de la comunidad hispana, así como políticas que reflejen este compromiso.
Evaluación de los Desafíos y Oportunidades
Los desafíos son significativos, desde superar barreras lingüísticas y culturales hasta abordar temas polémicos como la inmigración de manera que refleje los valores de justicia y compasión. Sin embargo, estas dificultades también presentan oportunidades para el crecimiento y la mejora, tanto para el Partido Republicano como para la democracia estadounidense en su conjunto. Al acoger la diversidad y promover la inclusión, el partido puede no solo expandir su base electoral, sino también enriquecer su plataforma con nuevas perspectivas y soluciones a los desafíos nacionales.
Proyecciones Futuras
La relación entre el Partido Republicano y la comunidad hispana en los próximos años será probablemente dinámica, evolucionando a medida que ambas partes se esfuerzan por comprender y responder a las necesidades del otro. Para el Partido Republicano, esto puede significar un reexamen de algunas políticas y posturas, así como una inversión continua en el alcance comunitario y la construcción de relaciones. Para la comunidad hispana, representa una oportunidad para influir en el discurso político y asegurar que sus voces sean escuchadas en los niveles más altos de toma de decisiones.
Conclusión
La ponencia de Jaime Florez ofrece un valioso punto de partida para la reflexión y el diálogo sobre la intersección de la política, la inmigración y el sueño americano en el contexto de la comunidad hispana en Estados Unidos. Mirando hacia el futuro, la capacidad de abordar estos temas con empatía, respeto y una voluntad de compromiso será crucial para forjar un camino adelante que beneficie a toda la nación. En última instancia, el éxito en este empeño reafirmará los principios de diversidad, inclusión y democracia que están en el corazón de Estados Unidos.
Transcript:
A todos, muchas gracias por venir. Muchísimas gracias. Es un placer para nosotros, aquí en esta universidad y especialmente en nombre del Partido Republicano, ofrecerles una cordial bienvenida a los Estados Unidos de América. En medio de una campaña electoral que ha estado en curso desde hace poco más de un año, es muy probable que en las elecciones de esta noche, nuestro candidato, el expresidente Donald Trump, obtenga los delegados necesarios para asegurar la nominación republicana en nuestra convención del 15 de julio en Milwaukee, Wisconsin.
Y, por lo tanto, estaremos listos para la elección general del 5 de noviembre, donde elegiremos al sucesor de Joe Biden. Así nos hemos preparado. En disputa estarán el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, por el Partido Demócrata, y el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por el Partido Republicano.
Ahora, vamos a hablar un poco sobre el Partido Republicano y tomaremos la libertad de leer esto, que es nuestra base fundamental. Hay copias disponibles para quienes estén interesados. ¿Quiénes somos en el Partido Republicano? El Partido Republicano se fundó inicialmente en el año 1854 con la promesa de abolir la esclavitud. El Partido Republicano siempre ha defendido la libertad, la prosperidad y las oportunidades.
Y, mientras vemos cómo estos principios son atacados hoy en día por la extrema izquierda, nosotros en el Partido Republicano seguimos comprometidos en un esfuerzo nacional para luchar por lo que llamamos nuestra agenda probada. El partido ha demostrado a lo largo de su historia que ha propuesto algunas ideas que han sido beneficiosas para los Estados Unidos, las cuales se han implementado y siguen teniendo éxito.
Queremos llevar ese mensaje de optimismo y de oportunidades a todos los estadounidenses. Queremos hacer crecer nuestro partido, lo cual hemos estado logrando con éxito. Desde hace un tiempo, estamos promoviendo algo que es fundamental para nosotros: la integridad electoral. Como saben, hay quienes han afirmado históricamente que, en la democracia en la que vivimos hoy, en la mayoría de los países, no ganan las elecciones quienes tienen más votos, sino quienes los cuentan.
Para nosotros, es fundamental que las personas voten con plena confianza, que puedan elegir a sus líderes y gobernantes, y que las elecciones no solo sean limpias, transparentes y justas, sino que también reflejen la voluntad de los votantes. Por eso, para nosotros, la integridad electoral es fundamental. Obviamente, queremos elegir republicanos para todos los cargos y en todas las elecciones.
Queremos tener los mejores candidatos. Los principios de nuestro partido reconocen las libertades otorgadas por Dios y, al mismo tiempo, promueven oportunidades para todos los estadounidenses. Nuestra plataforma se basa en que creemos en la libertad, en la prosperidad económica, en la preservación de los valores y tradiciones estadounidenses y en la restauración del sueño americano. Este sueño no es solo para quienes nacieron aquí, viven aquí, tienen su familia aquí y están aquí por generaciones, sino también para quienes vienen a los Estados Unidos buscando precisamente la oportunidad de encontrar su propio sueño americano.
Quiero aprovechar para hacer un breve paréntesis aquí. Aunque me gradué como arquitecto hace muchos años, descubrí que el periodismo era mi vocación.
Me dediqué al periodismo en mi país de origen, Colombia. Durante una década en la que ejercí como periodista allí, mataron a más de 100 periodistas. Comenzaron a amenazarme a mí también, por no estar de acuerdo con la manera en que los guerrilleros de las FARC promovían lo que ellos llamaban sus conversaciones de paz. Mi esposa y yo tuvimos que tomar a nuestra pequeña hija, de apenas un año, y venirnos a los Estados Unidos.
La gente me pregunta, ¿qué fue lo primero que notaste al llegar a los Estados Unidos? Y yo respondo que puedo darle un beso a mi hija cuando salgo por la mañana, sabiendo que voy a regresar por la tarde para darle otro. Eso no lo sentía en Colombia. Por lo tanto, cuando me hablan del sueño americano, yo sueño con esto: con la libertad de poder ejercer mi profesión, hacer lo que sé, hacer lo que creo que beneficia a la comunidad en la que vivo, con plena libertad, pero, sobre todo, con absoluta seguridad.
Como partido, apoyamos cualquier política que sirva para preservar ese sueño americano y para garantizar la libertad de las personas y el derecho a aprovechar las oportunidades económicas que este país ofrece. Creemos en la necesidad de que el gobierno estimule el crecimiento económico. Cuando escuchaba a Jairo hablar aquí sobre emprendedores, empresas y profesionales, pensaba en la magnífica oportunidad que este país ofrece a una persona que, con un pasaporte y una visa, puede llegar a una universidad como esta, prepararse, salir al mercado a buscar trabajo, crear empresas, generar desarrollo, ofrecer empleo a otras personas y progresar en este país.
Nos preocupa muchísimo la tendencia de regalar las cosas a la gente, que hemos observado en algunos gobiernos recientes. En los últimos tres años, durante la Administración Biden, han cruzado la frontera 9 millones de personas. No tenemos absolutamente nada contra la inmigración; personalmente, soy un inmigrante.
Llevo en este país poco más de 25 años y hemos sido felices aquí. Hemos tenido todas las oportunidades, pero nunca hemos pedido un centavo al gobierno. No vinimos a los Estados Unidos a pedir limosna; vinimos a buscar oportunidades para salir adelante, las cuales encontramos y estamos aprovechando. Nos preocupa muchísimo que esta administración esté alojando inmigrantes en hoteles en Manhattan, Nueva York.
Les están dando tarjetas de débito, y estamos hablando de cantidades significativas de dinero. Se trata de gente que viene de países donde las mismas tendencias de izquierda destruyeron la empresa privada, el desarrollo y la generación de empleo, y llegan aquí sin haber trabajado. Hay personas que llevan 20 años sin trabajar, gente que lleva 20 años sin tener el derecho a sacar adelante a su familia.
Al llegar aquí, en lugar de ofrecerles oportunidades, de capacitarlos para un trabajo, de prepararlos para que puedan valerse por sí mismos, nuestro gobierno les está proporcionando vivienda, alimentación, educación para sus hijos, servicios de salud y todo lo demás, sin ningún costo para ellos. Estos beneficios tienen costos, sí, pero para nosotros, los contribuyentes que pagamos impuestos, trabajamos y nos esforzamos todos los días por sacar adelante a nuestras familias, y de alguna manera estamos permitiendo que nuestra administración gaste el dinero que pagamos en impuestos en proporcionar beneficios no merecidos a personas que no han hecho el esfuerzo por ganárselos.
El legado del Partido Republicano, fundado originalmente en 1854 con el propósito de poner fin a la esclavitud, nos obliga a defender, de manera patriótica, los valores de los Estados Unidos. Mientras la izquierda intenta destruir lo que hace grande a nuestro país, el Partido Republicano está preparado y dispuesto a defender nuestra nación y nuestra forma de vida.
En mi condición de director hispano de comunicaciones, me surge una duda sobre si mi título debe ser “Director Hispano de Comunicaciones” o “Director de Comunicaciones Hispanas” en los Estados Unidos. Prefiero el término “director hispano”, ya que la palabra “hispanos” se refiere a mí, no a las comunicaciones. Sin embargo, he notado que en algunos casos me llaman de una forma y en otros, de la otra.
Tras reflexionar, creo que la opción correcta es “Director de Comunicaciones Hispanas”, ya que se refiere a las comunicaciones dirigidas a la comunidad hispana. No obstante, al considerar la longitud del título en comparación con el salario, he pensado en acortarlo.
¿Por qué es tan importante para nosotros el enfoque en las comunicaciones hispanas, especialmente en español? En este país, existe un porcentaje significativo de ciudadanos hispanos. Surge la duda de si debemos llamarnos latinos, hispanos o latinoamericanos. Siempre he creído que el término “hispano” se refiere al idioma. Sin embargo, al referirnos exclusivamente a “hispanos”, excluimos a latinoamericanos que no hablan español, como es el caso de los brasileños, quienes también son latinos.
Nos hemos librado en parte de esta disyuntiva porque la comunidad brasileña no es tan numerosa en comparación con, por ejemplo, la mexicana o la migración de otros países de América Latina, excluyendo tal vez a Paraguay. Pero el resto de los países tienen una representación hispana y nacional significativa. Cerca del 17% de la población de los Estados Unidos es de origen hispano, sea de primera, segunda o tercera generación.
Muchos de ellos, la gran mayoría, tiene el español como primer o segundo idioma, con la excepción de algunas ciudades. Por ejemplo, en San Antonio, Texas, donde predominan apellidos como Rodríguez, González, Pérez, Gómez y Jiménez, sorprendentemente, el español se habla poco y los medios de comunicación en español son casi inexistentes.
Las comunidades se han asimilado tanto a la cultura americana que dominan el inglés mucho mejor que el español. Desafortunadamente, este fenómeno es bastante distinto al que se vivió en las décadas de 1960 y 1970, cuando la migración de países latinoamericanos comenzó a incrementarse en los Estados Unidos, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial.
Las personas que llegaron a Miami, por ejemplo, forman hoy una comunidad cubana muy importante, que empezó a llegar principalmente después de la revolución de Fidel Castro en 1959. Estas personas tenían la urgencia de aprender inglés por dos razones principales: la primera, para sobrevivir, y la segunda, quizás más importante, especialmente para los menores, era ser aceptados dentro de la sociedad y el grupo de gente con el que comenzaban a vivir.
Para muchos, en esa época, hablar español era incluso motivo de vergüenza. Los niños no querían hablar español porque los hacía sentir muy diferentes de sus compañeros de clase. Por ello, el aprendizaje del inglés era fundamental. Muchos hogares incluso eliminaron el uso del español para facilitar que sus hijos se asimilaran más rápidamente al idioma inglés.
Esto ha ido cambiando con el tiempo, en parte gracias a ciertos personajes del mundo del entretenimiento que se volvieron famosos siendo hispanos. Nombres como Ricky Martin, Enrique Iglesias y Shakira, entre otros, hicieron que ser hispano fuera considerado ‘cool’ en Estados Unidos.
En la actualidad, la comunidad hispana es fundamental en Estados Unidos. Para nosotros, como Partido Republicano, es imperativo conquistar a esa comunidad, dado que ha sido y este año más que nunca será definitoria en el resultado de las elecciones del 5 de noviembre.
El presidente de Estados Unidos puede ser elegido por los votos hispanos de estados clave como Arizona, Nevada, Michigan y Georgia. En otros estados con importantes comunidades hispanas, estos votos son inalcanzables para nosotros, como en California o Nueva York, o ya están de nuestro lado, como es el caso de Florida y Texas.
Es crucial luchar con determinación para ganar estos cuatro estados mencionados. ¿Cómo logramos esto? Volvamos al funcionamiento de la elección presidencial en Estados Unidos y el papel del Colegio Electoral. A diferencia de otros países, donde el candidato con más votos gana directamente, en Estados Unidos, el proceso es estado por estado, con un número asignado de votos en el Colegio Electoral, basado en la representación congresional de cada estado.
En Florida, por ejemplo, tenemos 27 congresistas, y el número de congresistas se determina por el censo realizado cada diez años. Dependiendo del número de habitantes, un estado puede tener más o menos representantes en la Cámara. Cada estado tiene dos senadores, independientemente de su población o tamaño, lo que suma un total de 100 senadores y, actualmente, 428 representantes en el Congreso. En el caso de Florida, son 27 representantes y dos senadores, sumando 29 miembros en el Colegio Electoral, quienes son seleccionados por el partido después de las elecciones. Las elecciones primarias, que se celebran la próxima semana, nos permitirán definir quién será el candidato preferido por la mayoría para ser el presidente de Estados Unidos.
Cuando se celebre la elección de noviembre, se elegirán los miembros del Colegio Electoral, quienes se reunirán unas semanas después para decidir quién será el presidente de los Estados Unidos. En la mayoría de los estados, con la excepción de dos, todos los votos del Colegio Electoral se asignan al candidato que gane por al menos un voto de diferencia sobre el otro.
Por ejemplo, si Donald Trump gana en Florida por diez votos, los 29 votos del Colegio Electoral se asignarían a Donald Trump en las elecciones de noviembre. Esto plantea la situación de que puedes ganar la elección popular, es decir, tener más votos en total, pero si no ganas el número adecuado de delegados estado por estado, podrías no obtener los delegados necesarios para ganar la presidencia de los Estados Unidos.
¿Cuál era el propósito de este sistema? Cuando este país fue fundado, los padres fundadores vieron que podría haber muchos más habitantes en las zonas costeras, este y oeste, que en los estados del centro. Hoy en día, si la elección dependiera únicamente del voto popular, probablemente cuatro estados como Texas, California, Nueva York y, por decir algo, Nueva Jersey o Michigan, podrían elegir al presidente de los Estados Unidos, dejando a una gran cantidad de estados sin voz ni voto. Con el fin de equilibrar mejor la representación entre los estados, se creó el sistema del Colegio Electoral.
¿Alguien tiene alguna pregunta sobre este tema, o podemos pasar al siguiente? ¿Qué hemos estado haciendo en el Partido Republicano para atraer a los hispanos? Hemos estado empleando una estrategia que ha funcionado bien en los últimos años: hemos convencido a los hispanos que viven en este país de que los valores y principios del Partido Republicano se alinean más con los nuestros como hispanos que los del Partido Demócrata.
Creemos fundamentalmente en la importancia de la familia, la fe, la libertad, la democracia, el derecho a la prosperidad y el desarrollo económico, así como en una menor intervención del gobierno en nuestras finanzas y vida personal. Pensamos que el gobierno debe ser pequeño y manejable, no un ente del cual dependa una gran parte de la población como único generador de empleo y oportunidades, lo cual podría permitir al partido en el gobierno manipular electoralmente a esa población. Si un empleado gubernamental se ve forzado a votar por un candidato bajo la amenaza de perder su trabajo, obviamente terminará votando por ese candidato.
Creemos que el gobierno debe ser reducido y que las personas deben tener más libertad para gastar el dinero que ganan como consideren adecuado. A diferencia de algunos de nuestros adversarios en el otro partido político, no estamos convencidos de que la mejor manera de gestionar el dinero ganado por la gente sea mediante la recaudación de impuestos para que el gobierno lo gaste. Nuestra experiencia en este país y observaciones en otros indican que cuanto más dinero maneja el gobierno, más propenso es al despilfarro.
¿Alguien tiene alguna pregunta sobre este tema? Si tienen preguntas, por favor, soliciten el micrófono para que sus palabras queden grabadas.
Hola. No sé si necesito presionar algo para que se grabe mi pregunta. Mi duda es sobre la percepción en los países hispanohablantes respecto a la dicotomía de derecha e izquierda. La derecha suele asociarse con un estado más omnipresente, en contraste con la visión más estadounidense o anglosajona de un Estado que interviene lo mínimo posible.
¿Considera usted que hay cambios en el Partido Republicano debido a la influencia de ciertos grupos hispanos en Estados Unidos? Sí, lo estamos viendo, especialmente porque la mayoría de los hispanos que viven en Estados Unidos no vinieron de turismo; vinieron buscando sobrevivir. En mi caso personal, vine primero para salvar mi vida y segundo, para ofrecer a mis hijas oportunidades que no hubiera podido brindarles en mi país de origen.
Si tomamos como ejemplo comunidades en Doral, encontrarán venezolanos, cubanos y nicaragüenses en el sur de Florida. Estas personas huyeron de sistemas políticos que les negaban oportunidades de crecimiento y les obligaban a vivir en la miseria. Han tenido que salir de sus países para sobrevivir y buscar un futuro mejor para sus familias, ya que en sus países de origen no tenían oportunidades debido a políticas socialistas implementadas.
Por ejemplo, Venezuela, que era el país más rico de América Latina y tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, se ha convertido en un país con una situación miserable, con millones de venezolanos huyendo para simplemente poder sobrevivir.
Creemos que, a diferencia de estos hispanos, traer políticas socialistas aquí a Estados Unidos sería un error. Estas experiencias sirven como advertencia para no caer en políticas de izquierda que podrían arruinar este país, como ocurrió en otros. Por ejemplo, en su momento, la Unión Soviética competía en igualdad de condiciones con Estados Unidos en varios aspectos, pero su modelo económico socialista o comunista fracasó.
Aquí, aunque no vivimos en un “río de leche y miel”, tenemos una estabilidad económica y política que sirven de ejemplo para otros países. Podemos estar enfrentados políticamente hasta el 5 de noviembre, pero el 6 de noviembre tendremos un presidente, sea uno nuevo o el anterior, y el país seguirá adelante. Esto contrasta con situaciones en América Latina, como en Chile con la elección de Gabriel Boric, donde se temía que el país siguiera un rumbo similar al de líderes como Hugo Chávez o Nicolás Maduro.
Por esa razón, tuvo que seguir el curso que ya estaba marcado por la situación de Chile, del cual no se puede desviar fácilmente. De cierta manera, esto está funcionando bien. Aunque se invierta en otros aspectos que no mencionamos y no veamos directamente, me parece que es algo positivo. Necesito ayuda para organizar mis ideas, porque un libro que contiene la palabra clave puede ser esclarecedor.
Primero que nada, muchas gracias. Es un placer escuchar sus opiniones, aunque voy a señalar algunos puntos con los que no concuerdo. Por ejemplo, respecto al tema de la esclavitud. Es cierto que comúnmente se explica que la Guerra Civil de Estados Unidos fue impulsada por el deseo de los estados del norte de terminar con la esclavitud.
Sin embargo, lo que me parece más plausible es que los estados del sur dependían económicamente del Reino Unido, ya que eran productores de materias primas para la industria británica. Lo que los estados del norte querían era hacer a Estados Unidos completamente independiente de su antigua metrópoli en términos económicos. Por tanto, la razón para enfrentarse a los estados del sur no era terminar con la esclavitud, sino deshacerse de un sistema económico que mantenía al país dependiente del Reino Unido.
Desde mi punto de vista, y como decía el descuartizador de Boston, “vamos por partes”. Según entiendo, lo que originó la Guerra Civil en Estados Unidos no fue ni una cosa ni la otra, sino la defensa, por parte de los estados del sur y los del norte, del derecho de cada estado a determinar su propio destino, legislar en consecuencia, y no estar sujetos a una legislación común para todos los estados, lo cual no eran 50 en esa época.
En esencia, la independencia de los estados y su derecho a manejar sus asuntos sin depender de un poder centralizado en Washington era la cuestión central. Las otras dos razones, a mi ver, son consecuencias de este conflicto de intereses entre los estados.
Parece que lo que realmente se estaba violando era el derecho de cada estado a dirigir su propio destino. Cambiando de tema, más que una pregunta, quiero hacer una observación.
Se suele decir que este es el país de las oportunidades. Sin embargo, lo veo como un imperio dominante, similar a otros que han existido en el pasado. Este imperio, como todos los anteriores, ha buscado desestabilizar otras regiones del mundo para atraer inmigración y educar a las élites de otros países dentro de su esfera de influencia.
Esta estrategia, existente desde la antigua Macedonia, ha sido analizada en libros como “Confesiones de un sicario económico” de John Perkins, quien describe cómo Estados Unidos ha desestabilizado países en Oriente Medio y Latinoamérica. Financiando organizaciones islámicas en Oriente Medio para atacar a la URSS o apoyando guerrillas en Latinoamérica, Estados Unidos ha creado divisiones internas que impiden el progreso de estos países, como parte de una estrategia de dominación. Esta práctica no es exclusiva de Estados Unidos; también fue utilizada por Roma y otros imperios.
Personalmente, creo que, aunque se le conoce como el país de las oportunidades, su dominio militar sobre el mundo es intimidante, evidenciado en situaciones como la de Ucrania o el nordeste de Siria. Aunque Estados Unidos ha contribuido positivamente al mundo, también ha tenido acciones cuestionables. Es interesante considerar quién realmente domina en la relación con China, especialmente al observar que un porcentaje significativo de productos en tiendas como Walmart son fabricados en China, incluso durante la pandemia se recurrió a este país para la compra de insumos médicos.
Respecto a la inmigración, la realidad es que obtener una visa estadounidense puede ser una pesadilla, lo cual contradice la idea de que Estados Unidos promueva activamente la inmigración hacia su territorio. Como colombiano, puedo afirmar que la influencia en los conflictos de Latinoamérica no proviene únicamente de Estados Unidos, sino también de países como Cuba, la Unión Soviética y China. Además, es importante reconocer que el financiamiento de grupos guerrilleros en Colombia por parte de estadounidenses se da mayormente a través del consumo de drogas, y no directamente por el gobierno de Estados Unidos.
No defendería ciegamente al gobierno de Estados Unidos por dos razones: no necesitan mi defensa, y mis acciones pasarían desapercibidas. Además, el gobierno estadounidense cuenta con una baja simpatía entre sus propios ciudadanos, reflejada en la baja participación electoral. Muchos ciudadanos no votan no por conformismo, sino por una pérdida de confianza en el gobierno.
Es verdad que, a lo largo de la historia de la humanidad, ningún gobierno ha resuelto completamente los problemas más graves, como el hambre. Si hubiera un verdadero interés por parte de los gobiernos, este problema ya se habría solucionado. En realidad, ningún gobierno ha resuelto ni el problema del hambre ni el de la vivienda, y ahora se enfrentan al desafío del cambio climático, lo cual parece una tarea imposible.
En lugar de esperar que el gobierno solucione todo, como ciudadanos debemos hacer nuestra parte en la resolución de nuestros problemas. Ahora, cambiando de tema, me llamo Paloma.
Me causa gracia que se diga que el Partido Demócrata en Estados Unidos sea de izquierdas, ya que aquí en España eso equivaldría a una dictadura chavista. Sigo la actualidad a través de El País y Televisión Española, así que estoy al tanto de las dinámicas políticas. Mi pregunta es, considerando que hay muchos inmigrantes que vienen huyendo de dictaduras y la falta de recursos en sus países, ¿qué hace el Partido Republicano, el partido que usted apoya, para ayudar a estas familias inmigrantes que buscan oportunidades, sin simplemente darles dinero?
Nosotros, como republicanos, apoyamos la inmigración dentro de un marco legal y ordenado. Me preocupa la situación de los últimos tres años, con un aumento significativo de inmigrantes indocumentados. Antes ya teníamos una cifra considerable de inmigrantes esperando regularizar su situación migratoria.
Muchos de ellos trabajan y pagan impuestos aquí, pero son considerados ciudadanos de segunda clase por las limitaciones que enfrentan debido a su estatus migratorio. Aunque se les han otorgado permisos de trabajo y documentos para defenderse, esto no garantiza su estabilidad a largo plazo. Eventualmente, por responsabilidad fiscal, alguien tendrá que decir que no podemos continuar con esta política, dejando a estas personas en un limbo.
La propuesta de deportación masiva por parte del presidente Trump plantea serias cuestiones. No solo es cuestionable el lujo de asumir el costo de tal medida, sino que también estamos fallando en proporcionar a los inmigrantes el estilo y calidad de vida que buscan al venir a Estados Unidos.
Algo bueno debe tener este país para que 9 millones de personas hayan decidido venir aquí, a pesar de los desafíos, como cruzar el Tapón del Darién, que no es una tarea fácil. No es como tomar un vuelo de aquí a Orlando; es todo lo contrario.
Atravesar el Tapón del Darién es un riesgo considerable. Encontrarse con los coyotes que facilitan el cruce de la frontera representa un grave peligro. Los robos, asaltos y violaciones son eventos cotidianos en este trayecto, y la gente debe ser consciente de ello. La motivación de muchos para venir aquí se basó en promesas de la campaña presidencial actual de Estados Unidos, que contrastaban con las políticas de la administración anterior de construir un muro. Personalmente, no me agrada la idea del muro; a nadie le gusta. Es costoso, difícil de mantener y, finalmente, no soluciona el problema. Sin embargo, es necesario hacer algo, porque un país sin fronteras definidas carece de existencia.
Reflexionemos sobre la historia: en 1492, la expulsión de los árabes fue crucial para la identidad cultural de España. Si eso no hubiera ocurrido, hoy estaríamos hablando árabe en lugar de español. Hay momentos en los que es necesario defender la identidad, la soberanía, la cultura, el país, la gente y la familia. Ha llegado el momento de que Estados Unidos haga lo mismo.
Entiendo tu punto de vista sobre la solidaridad. Por eso promovemos una inmigración ordenada y legal, donde las personas puedan llegar a este país de manera digna. La Constitución de Estados Unidos garantiza el derecho al asilo para aquellos cuya vida está en riesgo.
Sin embargo, solicitar asilo debido a la pobreza o a la corrupción de los gobernantes elegidos no debe ser una carga para los contribuyentes estadounidenses. En Venezuela, por ejemplo, la dictadura actual es resultado de elecciones en las que Hugo Chávez fue elegido por los venezolanos. Aunque luego traicionó su confianza, no fueron los estadounidenses quienes lo eligieron.
La situación es similar a lo que ocurrió con Fidel Castro en Cuba 50 años antes. No nos engañemos: si toda persona en situación económica difícil en su país tuviera derecho a mudarse a Estados Unidos, quedarían muy pocos habitantes en los países nórdicos, por ejemplo. La cuestión es compleja y requiere soluciones bien pensadas.
Entonces, hablemos con claridad. Quiero comentar sobre lo que él dijo. Si Estados Unidos fuera ese imperio que tú mencionas, que interviene a su antojo, tumbar gobiernos como el de Cuba, Nicaragua, o incluso el de Venezuela, sería sencillo para ellos si realmente tuvieran esa intención. Sin embargo, no ha sucedido. Por ejemplo, la manera en que Estados Unidos adquirió Filipinas, explotando su propio barco para justificar una guerra contra España, muestra que si quisieran continuar con esas tácticas, podrían hacerlo fácilmente.
No defiendo las acciones de los líderes estadounidenses de los últimos 20 años. No me hagas responder por acciones de hace 121 años. Sin embargo, como colombiano, también recuerdo lo que sucedió entre Panamá y Colombia, y cómo Estados Unidos intervino.
En cuanto a la tradición estadounidense de un estado no intervencionista, ejemplificado por figuras como Ronald Reagan, contrasta con la tendencia en países hispanohablantes hacia un estado más grande. Me preguntas si el Partido Republicano está adoptando un enfoque hacia un estado más grande. Respecto a Robert Kennedy y su impacto en las elecciones, creo que actualmente no tiene influencia significativa en la política estadounidense, dada la polarización existente.
Lo preocupante es que la población está más motivada por el rechazo a Donald Trump o Joe Biden que por la posibilidad de elegir al mejor representante para el país. En cuanto a lo que hacemos los republicanos, insistimos en un estado más pequeño, que genere condiciones favorables para la inversión privada y reduzca la dependencia de los ciudadanos del gobierno.
Frecuentemente, nuestros adversarios sugieren aumentar los impuestos a los ricos, argumentando que se benefician desproporcionadamente de la infraestructura y el desarrollo del país. Trabajé con un gobernador que afirmaba que reducir impuestos a los empresarios incentiva la inversión en sus compañías, lo cual, a su vez, genera más empleos. Este enfoque se basa en la creencia de que los empresarios reinvertirán ese dinero en sus negocios, expandiéndolos y creando más oportunidades de trabajo.
En un estado como Florida, la fuente fundamental de ingresos es lo que llamamos el impuesto a las ventas, o en algunos países, el impuesto al valor agregado. De esto depende la economía del estado. Cuando una persona está desempleada, no puede comprar y, por lo tanto, no genera impuestos a las ventas.
Por el contrario, al obtener empleo y realizar compras para el hogar y necesidades personales, cada gasto contribuye al gobierno a través de impuestos. Entonces, la idea de cobrar más impuestos a los ricos, ¿qué efecto tendría? Tomemos, por ejemplo, a Elon Musk; si se le impone un 25% de impuestos, podría desincentivarse a invertir más en sus empresas, pensando ¿para qué expandir si gran parte de las ganancias irán al gobierno, que además tiende a malgastar los recursos?
Se cuestiona por qué Estados Unidos no invierte más en América Latina para generar empleos y evitar la migración hacia el norte. Es importante destacar que el tema migratorio no es exclusivo de América Latina. Hace unas semanas, en Washington, conversé con personal de la Guardia Fronteriza y me informaron que el 80% de las personas que cruzan la frontera desde México no hablan español, lo que plantea preguntas sobre su origen, motivaciones y antecedentes.
¿Cómo integrar a una sociedad tan diversa? ¿De dónde se obtendrán los recursos para asegurar su bienestar en Estados Unidos? Es un desafío considerable.
El gobernador mencionado anteriormente argumentaba acertadamente: ¿cómo puede el gobierno creer que gastará el dinero de los contribuyentes mejor que ellos mismos? Permitir que las personas conserven más de su dinero les da la oportunidad de emprender, impulsar sus negocios y fomentar el desarrollo económico, algo que se ve amenazado por políticas de gobiernos expansivos.
En cuanto a los países del Triángulo Norte de América Latina y México, enfrentamos el problema de que dependen significativamente de las remesas enviadas por sus ciudadanos que trabajan en Estados Unidos. Por ejemplo, el 13% del PIB de México proviene de estas remesas, lo que hace poco probable que sus gobiernos colaboren plenamente en resolver la cuestión migratoria, dado el beneficio económico que representa.
Finalmente, me llamo Diego. Quiero agradecer la ponencia. Como español y europeo, recién llegado aquí, una de las cosas que más me han impactado, y eso que he vivido en Estados Unidos durante un tiempo, es…
Quiero enfocarme en el aspecto cultural, específicamente en el tema del racismo, ya que es un asunto muy discutido que creo podría tener un impacto significativo en las elecciones del 5 de noviembre. Usted mencionó la importancia de la fe para el Partido Republicano, considerándola uno de los valores clave para atraer a la población hispana, que es mayoritaria.
Históricamente, Estados Unidos tiene una tradición y cultura anglosajona más que hispana. Mi pregunta es si considera que Estados Unidos es un país racista, como se ha señalado frecuentemente y como parece tener cierta reputación a nivel internacional, especialmente en los últimos años. Además, ¿cree que la cultura predominante en Estados Unidos influye en este aspecto? Esa sería mi primera pregunta. Ahora, pasando a una segunda pregunta, más amable, sobre el proceso de las primarias. Pero volvamos al primer punto, ya que mi memoria no alcanza para más.
¿Es Estados Unidos un país racista? Mi respuesta es un rotundo no. Permítanme compartir una experiencia personal. Realicé mis estudios universitarios en arquitectura en la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, donde viví cinco años. En Brasil, especialmente fuera de algunos estados del sur, la población negra es significativamente grande. ¿Existe racismo en Brasil? No, todo lo contrario. Los afrobrasileños participan activamente en las esferas cultural, económica y financiera. ¿Hay persecución? No exactamente. Existe cierta falta de aceptación social hacia algunos miembros de la comunidad negra, pero no por el color de su piel, sino por su situación económica.
Lo mismo ocurre en Estados Unidos. La discriminación hacia los afroamericanos no se debe a su raza, sino a su estrato económico. Un país que ha elegido a un presidente afroamericano por dos periodos consecutivos difícilmente puede ser considerado racista.
El caso de George Floyd, cuya muerte a manos de la policía fue un acto cobarde e inaceptable, no define al país como racista. Si algo similar ocurriera con la comunidad hispana, a veces sentimos que la policía no nos trata con la misma condescendencia que a aquellos con piel blanca y ojos azules.
Como colombiano, recuerdo una época dominada por el narcotráfico y el Cartel de Medellín. Si un policía me detenía en la calle y descubría mi nacionalidad, las implicaciones eran enormes. En una ocasión, durante una conferencia de prensa en el aeropuerto de Miami, donde se había incrementado la seguridad para vuelos desde Colombia, cuestioné si todos los narcotraficantes que llegaban eran colombianos. La respuesta fue que no todos, pero sí el 98%.
En Estados Unidos, somos tan cautelosos con el tema racial que desde hace tiempo, los medios de comunicación evitan identificar a los criminales por raza o publicar sus fotografías, dado que un porcentaje significativo no tiene el color de piel “esperado”. Esto refleja, tal vez, ciertos prejuicios raciales en el sistema, pero también subraya los fallos de la sociedad en ofrecer oportunidades a quienes cometen su primer delito.
No creo que esto sea un problema de racismo per se, sino de una sociedad con deficiencias en el ámbito social, comunidades sin el soporte necesario para sus jóvenes, más allá del color de su piel. Sin embargo, Estados Unidos ha implementado medidas como la Acción Afirmativa, ofreciendo oportunidades educativas, de vivienda y laborales a personas de ciertas razas, lo cual, aunque bienintencionado, puede resultar discriminatorio en sentido inverso. Por ejemplo, en el ámbito académico, los asiático-americanos se han quejado de limitaciones impuestas para equilibrar la admisión en universidades, lo que sugiere una forma de discriminación inversa.
Ahora, en cuanto a la contribución de los hispanos a Estados Unidos, considero que aportan enormemente a la diversidad y riqueza cultural del país. Históricamente, muchos hispanos llegaron a sentir vergüenza de su cultura e identidad, pero creo firmemente que Estados Unidos se enriquece y fortalece con cada cultura que se integra a su tejido social. Los inmigrantes hispanos no solo tienen mucho que aprender, sino también mucho que ofrecer, enriqueciendo la diversidad cultural, económica y social de este país.
Me pregunto si actualmente esta percepción sigue siendo la misma y, por eso, quisiera saber qué es lo que pueden aportar, considerando que ya han contribuido significativamente. La visión sobre nosotros ha cambiado notablemente en las últimas tres o cuatro décadas.
Al recorrer esta ciudad, al igual que otras donde tengo hijas viviendo en Nueva York y Chicago, es notable la presencia de restaurantes de origen latinoamericano y español, algunos excelentes, que se han extendido por todas las ciudades estadounidenses.
¿Qué aportamos? Nuestro espíritu emprendedor, nuestra cultura, nuestra diversidad, tan valorada en el Estados Unidos contemporáneo, y nuestro deseo de progresar. Se dice que este es un país de inmigrantes, pero la definición de inmigrante ha evolucionado con el tiempo.
Históricamente, inmigrantes de diversos orígenes llegaron a Estados Unidos buscando trabajo tras superar adversidades. Hoy en día, algunos recién llegados parecen más interesados en asistencia inmediata que en encontrar empleo o educarse. No se ha previsto cómo integrar a estos inmigrantes en proyectos productivos, como la construcción de infraestructura, lo cual dificulta su asimilación.
En cuanto a Donald Trump y su atracción hacia el voto latinoamericano, hay tres razones principales: durante su gobierno, los hispanos experimentaron la tasa de desempleo más baja, un incremento significativo en sus ingresos y una mayor capacidad para adquirir vivienda propia en comparación con administraciones anteriores.
Me pregunto si actualmente esta percepción sigue siendo la misma y, por eso, quisiera saber qué pueden aportar, considerando que ya han contribuido significativamente. La visión sobre nosotros ha cambiado notablemente en las últimas tres o cuatro décadas.
Al recorrer esta ciudad, y otras donde tengo hijas viviendo en Nueva York y Chicago, es notable la presencia de restaurantes de origen latinoamericano y español, algunos excelentes, que se han extendido por todas las ciudades estadounidenses.
¿Qué aportamos? Nuestro espíritu emprendedor, nuestra cultura, nuestra diversidad, tan valorada en el Estados Unidos contemporáneo, y nuestro deseo de progresar. Se dice que este es un país de inmigrantes, pero la definición de inmigrante ha evolucionado con el tiempo.
Históricamente, inmigrantes de diversos orígenes llegaron a Estados Unidos buscando trabajo tras superar adversidades. Hoy en día, algunos recién llegados parecen más interesados en asistencia inmediata que en encontrar empleo o educarse. No se ha previsto cómo integrar a estos inmigrantes en proyectos productivos, como la construcción de infraestructura, lo cual dificulta su asimilación.
En cuanto a Donald Trump y su relación con el voto latinoamericano, hay tres razones principales por las que su administración atrajo el apoyo de los hispanos: durante su gobierno, los hispanos experimentaron la tasa de desempleo más baja, un incremento significativo en sus ingresos y una mayor capacidad para adquirir vivienda propia en comparación con administraciones anteriores.
El sueño americano se define, de manera más directa, como poseer una vivienda propia. Sin embargo, hay otras cualidades que la comunidad hispana valora de la presidencia de Donald Trump. Nuestra gente está cansada de la hipocresía y lo políticamente correcto; las cosas deben nombrarse tal como son. En el partido, especialmente en la sección de habla hispana que manejo, evitamos usar el término “inmigrante ilegal”, ya que considero que una persona no es ilegal per se, aunque pueda encontrarse en una situación ilegal.
El presidente Biden, al referirse a un individuo como “inmigrante ilegal” por un crimen, y luego disculparse, no reconoció que la condición migratoria de esa persona en Estados Unidos era ilegal. Este tipo de acciones confunden la percepción pública sobre la inmigración. No todos los hispanos apoyamos lo que sucede en la frontera. Como contribuyente de muchos años, me preocupa que se malgasten los recursos destinados a beneficios sociales en inmigrantes recién llegados, poniendo en riesgo nuestras propias prestaciones.
Además, los inmigrantes latinoamericanos que han llegado recientemente no comparten nuestra cultura, costumbres, ni respeto por la ley y la autoridad, intentando imponer lo que nosotros intentamos dejar atrás.
En cuanto a la región hispanoamericana y el futuro, con el fin del mandato de Donald Trump, hemos visto el ascenso de figuras como Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador. Milei, un anglofílico, celebra la llegada de empresas estadounidenses como Walmart a Argentina, promoviendo ideas de mercado libre. Por otro lado, Bukele, con un enfoque diferente, no sigue tan de cerca el modelo estadounidense o anglosajón, promoviendo la unidad en Mesoamérica sin adherirse estrictamente a las ideas estadounidenses.
La relación de Donald Trump con estos líderes varía; mientras muestra afinidad por Milei, no ha expresado el mismo interés en Bukele. Si Trump regresara al poder, queda por ver cómo se desarrollarían estas relaciones, especialmente con Bukele, considerando su visión de una América Latina más unida y fuerte, pero con diferencias ideológicas con Estados Unidos. Como hispanoamericano, residente en Estados Unidos y miembro del Partido Republicano, me interesa cómo se manejarán estas dinámicas en el futuro.
Lo primero a considerar es la relación ideal de Estados Unidos con América Latina. ¿Sería posible encontrar un consenso entre ambos partidos en Estados Unidos para establecer que las relaciones con sus vecinos y principales socios en todos los aspectos se rijan por una política de Estado y no por políticas gubernamentales cambiantes?
Una de las cuestiones que ha dañado la relación entre Estados Unidos y América Latina es la variabilidad de estas políticas cada cuatro años. Nos preguntamos qué ocurrirá con las relaciones en enero próximo, si llega un nuevo presidente a Estados Unidos. Esto debería ser constante, establecido firmemente como una política de Estado para evitar cambios arbitrarios.
Recordemos dos puntos: primero, Trump está en campaña y busca sumar todo el apoyo posible, incluido el de la importante comunidad salvadoreña en Estados Unidos, especialmente en el área de Washington. Estos ciudadanos americanos podrían votar por Trump si simpatizan con la gestión de Nayib Bukele, especialmente por su enfoque en controlar la delincuencia y las pandillas, un grave problema en El Salvador.
La situación de Javier Milei en Argentina es más compleja para el votante hispano promedio en Estados Unidos, pero se reconoce que la situación argentina necesitaba un cambio drástico. Aunque no estamos seguros de que todas las acciones de Milei sean efectivas, se valora el intento de mejora.
La futura política de Donald Trump hacia América Latina, en caso de ganar las elecciones, dependerá del apoyo que reciba en el Congreso. Si los republicanos mantienen una mayoría significativa en ambas cámaras, el presidente tendrá más facilidades para implementar sus políticas. De lo contrario, la dinámica habitual del Congreso determinará el curso de acción, a menudo caracterizado por negociaciones complejas que pueden diluir las intenciones originales.
Lamentablemente, así es como se maneja la política en ciertos temas en el Congreso de Estados Unidos. Tradicionalmente, Estados Unidos solo presta atención a América Latina cuando surge una crisis que no puede aplazarse más. No existe una política proactiva hacia la región; los presidentes no llegan a la Casa Blanca con un plan específico para América Latina. Si surge una crisis, intentan resolverla y entonces, y solo entonces, se establece comunicación. Durante la administración de Trump, por ejemplo, no hubo un encargado específico de política latinoamericana en el Departamento de Estado.
Quiero agradecerles a todos por su presencia. Seré breve. La política electoral de Donald Trump, tras la especulación y el ambiente generado, plantea la pregunta sobre quién será su compañero de fórmula en las próximas elecciones, asumiendo que será el candidato oficial del Partido Republicano. ¿Habrá algún gesto hacia la comunidad hispanoamericana en su ticket electoral?
Desde mi perspectiva personal, y no hablando en nombre del partido que represento, no creo que el ticket electoral busque específicamente un guiño hispanoamericano. Al elegir a un vicepresidente, se busca a alguien que aporte al candidato presidencial un segmento del electorado que le falte. Por ejemplo, la idea de que Ron DeSantis pudiera ser el vicepresidente no tiene sentido porque no aporta nada nuevo a Trump; ambos comparten el mismo perfil.
Lo ideal sería una mujer, preferiblemente afroamericana, de una región distinta a la de Trump. Personalmente, escogería a Tim Scott, senador por Carolina del Sur, quien es afroamericano, representa a los estados del sur y tiene un fuerte componente cristiano, lo que podría sumar al ticket. Sin embargo, veo con optimismo la posibilidad de una presencia hispanoamericana en el gobierno, especialmente en el Departamento de Estado, siendo Marco Rubio, senador por Florida, una opción idónea.
Les agradezco mucho esta oportunidad.